Vinos de finca y vinos de villa, la nueva tendencia

Publicado el 09.09.2018


Seguramente habrás oído hablar de los vinos y sus Denominaciones de Origen, sin embargo desde hace unos años se ha puesto en nuestro vocabulario otros términos: vinos de finca y de villa. Te contamos cómo distinguir estos vinos en los que manda el terruño y la climatología

Vinos catalanes

Vinos de finca y vinos de villa /Foto: Godo Chillida para Los Foodistas©

Los vinos son el resultado de muchos factores pero es indiscutible que comienzan a gestarse en la tierra y las vides. Que un vino sea interesante no es sólo cuestión del varietal (tipo de uva) o de la manera de elaborarlo en la bodega, sino también de los suelos (pizarra, grava, frango-arcillosos, etc.) y la condiciones climáticas, orográficas, etc.

Una nueva tendencia en el mundo de los vinos apunta a aprovechar los rasgos diferenciales que cada terreno imprime a la uva, y crear lo que se denomina: “vinos de finca y vinos de villa”, con una personalidad marcada por el terruño. Se trata de darle todo el protagonismo al espacio en el que se ubican las viñas,  con sus climas y tierras singulares. Esto implica un trabajo minuciosos de los vitucultores, que además asumen el riesgo de esperar al límite para vendimiar, en el perfecto momento de maduración.

Vinícola del Priorat

Vins de Vila de la DOQ Priorat /Foto Godo Chillida para Los Foodistas©

Los que en Cataluña se llaman «Vins de Vila» (vinos de villa) recupera la tradición vitivinícola de los llamados vinos de pueblo. En España los vinos de pueblo han quedado asociados a los ‘peleones’ de cooperativa, pero poco a poco este concepto va cambiando y se acerca lo que en Francia tiene un gran prestigio: vin de village o de commune.

Normalmente estamos acostumbradxs a denominaciones generales (de origen, protegidas, etc.) o, como máximo, a subzonas que reconocen un común denominador. Sin embargo esas denominaciones pasan por alto las diferencias entre vinos elaborados en diversas zonas de una misma denominación o región. Básicamente un “vino de villa”, reconoce (legalmente) los nombres de sus pueblos en la etiqueta de las botellas, marcando los vinos por el terroir, con sus características geológicas y geográficas propias, en las que se realiza el cultivo.

Por ello, los vinos de villa son los obtenidos a partir de uvas procedentes de parcelas vitivinícolas delimitadas. Estos vinos tienen que cumplir con el requisito de estar elaborados con uvas de una zona de producción más delimitada que una DO; deben tener elaboración y crianza en bodegas de la misma tierra (zona de producción o villa). Asimismo deben tener un 60% de las variedades recomendadas en esa Villa.

Josep Grau

Vinos de Finca /Foto Los Foodistas

La diferencia de calificación de “vino de finca” con respecto de la de “vino de villa”, tiene matices legales, y requisitos de producción y elaboración diferentes. En el vino de finca además de provenir todas las uvas de una misma explotación vitícola, el rendimiento máximo admitido para la uva no puede ser inferior a un 15% de lo establecido por la Denominación de Origen para el resto de vinos. El nombre del vino debe relacionarse con el de los viñedos de los que proviene. En este caso los vinos deben estar producidos, embotellados y criado en la misma finca o, en bodegas muy cercanas y de manera independiente.

Durante todo el proceso, antes de que el vino salga al mercado, debe ser identificable. Para el reconocimiento de vino de finca se requieren, al menos, 10 años en el mercado y que el vino no supere el 65% de la extracción de la uva vendimiada. Esto implica que el rendimiento de las vides es mucho menor.

Vinos catalanes

Cuatro «Vins de Vila» de Vinícola del Priorat

En Cataluña hay dos buenos ejemplos de los vinos de finca y vinos de villa. Por una parte, la Vinícola del Priorat tiene cuatro “vins de vila” producidos a través de la fusión de distintas cooperativas de la zona (que acaban de celebrar el centenario de su fundación). Los vinos son Vilella Baixa 2016 y El Lloar, ambos 100% Cariñena y Vilella Alta 2016, 2016 (100% Cariñena) y Gratallops 2016 (con Garnacha y Cariñena). Estos vinos están producidos por una joven enóloga gallega, Sandra Estévez, y Toni Alcover.

La Vinícola del Priorat es la única cooperativa de la DOQ Priorat formada por productorxs y agricultoras/es que gestionan íntegramente el proceso de producción, elaboración y comercialización del vino (140 socias/os y productorxs, controlan unas 210 hectáreas de viña y 320 olivos). Productoras y productores trabajan viñas de pequeñas dimensiones y con baja producción, en una orografía complicada con desnivel de hasta un 30% con suelos de pizarra.

vinos catalanes

Josep Grau, vinos de Finca

Por otra parte, Josep Grau es un buen ejemplo de la producción de los vinos de finca. Este viticultor tiene un fuerte arraigo a la tierra, y sus vinos tratan de conservar su carácter. Este año ha sacado cinco nuevos vinos de pequeñas producciones en los que predomina una voluntad artesanal, pero también una apuesta por la libertad creativa y la intuición. Las nuevas referencias son: Maimó, Figuerals Samsó (Garnacha), Figuerals Garnatxa, Territori y Rogers. Cada uno de los nombres de estos vinos se corresponden con los de las fincas y tienen muy poca influencia de su paso por madera, por lo que son frescos y con una acidez elevada.

Los cinco vinos, expresión pura de la tierra, salen de diferentes hectáreas. Al Maimó se le dedicaron 4 hectáreas de Garnacha sobre arcillas y tiene una producción de 2.227 botellas; Rogers se produce en 1 hectárea de Garnacha (suelo de arcilla) y hay 1775 botellas; Territori es una fusión de fincas y se produjeron 3300 botellas. Los vinos Figuerals fueron producidos en 3 hectáreas cada uno en limos y suelos calcáreos. De la Garnacha hay 1.273 botellas y Cariñena 2.060 botellas.

vitucultor

Vinos de Finca de Josep Grau /Foto: Los Foodistas

Los vinos de Grau se fueron desarrollando durante las últimas 14 vendimias en zona Marçà (Tarragona), con viñedos de alto nivel cualitativo. Las fincas se ubican la Serra d’Almos, y están entre los 229 metros y los 280 metros de altura rodeados por bosques, con clima mediterráneo. Para hacer estos vinos se seleccionan las parcelas (no se utilizan todas las hectáreas de viñedo), y la viticultura es 100% ecológica y manual. No hay un compromiso de que cada año salgan los vinos, así que su producción será dinámica

Tanto los vinos de finca como los de villa, son vinos acentuados por el terruño y la climatología, de pequeñas producciones y muy respetuosos con los ciclos de la tierra y las uvas.

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