Turrones, más allá de los clásicos

Sabores clásicos o innovadores, con chocolate y hasta con patatas fritas y vermut, los lineales de los mercados y también las pastelerías nos sorprenden con turrones que se alejan de la imagen tradicional que nos hemos forjado. Fantasía o clásicos, la controversia también se sienta a la mesa

Una tradición no tan española

El turrón es un dulce infaltable de la repostería de España, pero como buena parte de esas recetas que hoy consideramos “tradicionales”, tienen un largo recorrido que comienza en otro lado. En el norte de África y en Al-Andalús eran muy frecuentes los dulces hechos con frutos secos y miel.

A pesar de ello, parece que el origen del turrón se remonta a la Grecia clásica. Tal como te explicamos aquí, los atletas griegos consumían esa mezcla de miel y frutos secos antes de las competiciones. La historia nos habla de diferentes referencias, antes de que llegara al territorio español.

¿Existe el turrón clásico?

Ese es el punto central del debate sobre el que no nos vamos a decantar, porque somos proclives a pensar que la comida es, por excelencia, un lugar para desarrollar el ingenio y donde no hay nada que sea “puro” o tenga una filiación única.

El turrón es una masa dulce que se elabora por la cocción de azúcares (generalmente miel), y luego se le agregan frutos secos (normalmente almendras), peladas y tostadas. También puede llevar clara de huevo. Su forma es tradicionalmente rectangular o redonda (como la torta).

Con almendras a la vista (el turrón duro –Alicante-) o molidas en forma de pasta (el de Jijona), son los “turrones de toda la vida”. Los lugares en los que se concentra principalmente la producción en España, son Alicante, Valencia y Lérida.

Hasta aquí lo que seguramente todxs llamaríamos turrones clásicos pero (ajústate el cinturón), porque ninguno de ellos es el más consumido en España. El que más se toma en las fiestas es el de chocolate y, especialmente, el que lleva arroz inflado (como el de Suchard).

¿Cómo te quedas? Ni miel, ni almendras y casi que ni chocolate… porque suelen estar hechos de una pasta que dista bastante de ser un buen chocolate. Y sí, a ese turrón también se le ha dado oficialmente la etiqueta para que pueda llamarse “turrón”.

Los Foodistas te proponemos una selección de turrones que van un paso más allá de los clásicos, para que explores, disfrutes o te sumes a la polémica con conocimiento de causa.

Turrón de chocolate

Si engrosas el número de la demanda del turrón de chocolate, no dejes de probar la versión original de Viginias, de la que ya te hablamos hace unos días. Lo hemos probado y sinceramente nos gustó mucho, porque se sienten los sabores de todos los ingredientes y no empalaga.

Este turrón está hecho con vermut de Reus (la meca del vermut y donde tiene su sede la marca), avellanas y patatas fritas. Tienes todo lo que llevaría un aperitivo en un bocado dulce.

Te damos otra opción que viene del país vasco (donde hasta hace poco se producía el famoso de Suchard). Los turrones Goya se elaboran artesanalmente desde 1886 y entre sus variedades destaca el de chocolate y almendras.

Los puedes encontrar en sus tiendas de Vitoria-Gasteiz, Logroño, Bilbao y Pamplona. También se venden on line en el portal de productos gourmet Salvat. 

Confituras Goya es la creadora de los bombones Vasquitos y Nesquitas, que están en el mercado desde 1920. Actualmente el negocio está en manos de la quinta generación familiar.

Turrón Open Arms de L’Atelier

La organización Open Arms, está haciendo una gran labor protegiendo la vida de las personas más vulnerables. Por ello, la pastelería L’Atelier (Barcelona), ha creado un turrón con el que destinan la ONG el 50% de todas las ventas .

Este turrón circular, lleva el logo de la organización, y está hecho con caramelo especiado, ganache de chocolate Caramélia y praliné de almendra tostada. Una exquisitez sutil y con un sabor a especias muy navideño, con el que no solo nutres tu paladar sino también echas una mano a quienes lo necesitan

Turrón de manzana de Escribà

El famoso pastelero Christian Escribà es la cuarta generación familiar dedicada a este oficio. Su trabajo en el mundo de os dulces se destaca por sumar la fantasía como un ingrediente más.

Para estas fiestas Escribà ha creado el turrón Pink Lady, inspirado en las manzanas que llevan ese nombre. Por supuesto, lleva manzana en el interior (una pasta de fruta natural) y ganache de trufa. La tableta se recubre con chocolate rubí, de intenso color rosa natural, y perlas de frutos secos.

Este turrón nada clásico, se puede comprar en las tiendas físicas o a través de la Web

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