Léxico sencillo del vino, para no profesionales

Publicado el 30.12.2019


Si te gusta disfrutar del vino, aquí tienes un léxico sencillo para aprender a expresarte sin temor a equivocarte y sin necesidad de convertirte en profesional.

Consumes vino, eres amante del vino, pero para ello no hace falta ser profesional. Sin embargo el lenguaje amplía nuestra capacidad de conocer, aprender y expresar aquello que nos gusta, ayudando a percibir más matices y mejorando la capacidad de pensar sobre algo. Para desarrollar más esas posibilidades, te proponemos un léxico sencillo que te acerca al universo del vino.

El lenguaje del vino

Lo primero es desmitificar que para beber y disfrutar del vino es necesario saber expresarse como un profesional, ya que lo único que hace falta es que te guste y que sea placentero. Lo demás son ‘pluses’ que si están, muy bien y si no, también.

No obstante hay ciertas cosas que claman al cielo, porque hay muchas personas que les gusta más aparentar que saber y, eso de fingir ser experto/a, es más triste no que conocer el lenguaje preciso. Por otra parte, quien realmente sabe suele ser prudente y escuchar más que hablar.

Una de las cosas más comunes que escuchamos es: “quiero un vino blanco seco”. Hasta ahí, todo normal. Ahora bien, si se mezclan otros adjetivos calificativos tal como “que sea seco pero que no sea afrutado”, el tema se pone complejo y tenso. Un vino blanco perfectamente puede ser seco y afrutado a la vez, pero, muchas veces el consumidor confunde afrutado con abocado o dulce.

Otras veces, se confunde la palabra “crianza” con un determinado espacio temporal en el que el vino está en una barrica de madera y ni el espacio temporal tiene que ser de “x” meses, ni tiene porque ser en barrica.

Léxico sencillo del vino, para no profesionales

Claro está que nadie tiene por qué conocer ciertos aspectos técnicos propios e inherentes a enólogos o sommelier y, en el caso del consumidor de a pie está todo más que dispensado. Otra cosa es quien escribe sobre vinos y dice barbaridades. Que hay muchos y muchas que, por no repetir ciertas palabras, regla básica de la redacción, utilizan sinónimos que no vienen al caso (como, por ejemplo “el caldo”) o expresiones redundantes que no benefician en nada a la cultura del vino.

Poco a poco, las/os consumidores de vino van conociendo el léxico del vino y van añadiendo palabras a su vocabulario cotidiano. Aquí te dejamos algunas para que puedas incorporar a tu diccionario particular del mundo del vino.

Léxico básico del vino

ABOCADO: Vino moderadamente dulce.
AMPLIO: Un vino completo, lleno, abundante en matices.
ASTRINGENCIA: Sensación que provoca una contracción en las papilas y se engancha al paladar, debido a los taninos del vino, que va moderándose con la crianza.
BALSÁMICO: Aroma resinoide que puede deberse a la variedad, la tierra o a la crianza (incienso, cedro, pino, alcanfor, etc.). Es un aroma noble. Menta, niaulí, eucalipto, etc.
CARNOSO: Se dice de los vinos plenos, grasos, ricos, que tiene materia y producen en el paladar una sensación de cuerpo denso.
COUPAGE: Mezcla de diferentes vendimias, mostos o vinos. Puede ser de la misma cosecha o de otros años.
EMPIREUMATICOS: Serie de olores a azúcar quemado, humo, alquitrán, yodo, etc.
GLICÉRICO: Vino suave untuoso de buen paso de boca como consecuencia de su adecuado contenido en glicerina.
LÁGRIMAS: Traza de aspecto oleoso que deja en la copa un vino rico en alcohol, azúcares y glicerina.
MISTELA: Mezcla de alcohol vínico puro con mosto.

Un cuarto de siglo para el Vino Torre Muga

OXIDADO. Vino alterado grave e irreversiblemente por la acción del oxígeno. Tales alteraciones afectan al color, aroma y comportamiento en la boca del vino, su color y sus cualidades.
PLANO. Vino que por su falta de acidez se muestra desequilibrado y sin contraste en la boca.
REDONDO: Vino equilibrado, que muestra armonía entre todos sus componentes: pigmento, aromas primarios y secundarios, color, sabor y olor característico.
TANINO: Sustancia orgánica de sabor astringente, contenido en los hollejos y pepitas de la uva. También la madera de roble aporta, durante la crianza, los taninos propios de su corteza vegetal.
VOLUMEN. Sensación conferida en la boca por vinos sabrosos y con cuerpo. Un vino con volumen es lo contrario de un vino ligero o estrecho.

Pues eso han sido solo algunas de las muchas palabras utilizadas en el mundo del vino, pero recuerda que, diciendo “está muy rico” ya vale….

Javier Campo, para Los Foodistas

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