Escapada gastronómica a Catania
Publicado el 29.03.2018
Griega, fenicia, romana, bizantina, árabe, normanda, sueva, española, así de diversa es Catania. Aquí encontrarás una guía completa para saber dónde comer, dormir y moverte por una ciudad cargada de historias para ofrecer…
En Catania se mezclan vestigios de muchas civilizaciones que dejaron su profunda traza en la gastronomía, arquitectura y modos de relación social. La ciudad fue fundada por los griegos (729 A.C) en la parte más elevada de una colina y, bajo el nombre de Katane, fue parte de la magna Grecia que buscaba dominar el Mediterráneo por su posición estratégica. Posteriormente fue una de las ciudades más notables del imperio romano en la isla de Sicilia, pero también despertó el interés de árabes, bizantinos, normandos, españoles, etc. Precisamente la ocupación de las tierras por parte de los árabes generó el desarrollo de nuevas técnicas agrícolas y de cultivo, que hoy en día son parte importante de su patrimonio culinario y gastronómico.
A la hora de elegir una escapada, Catania es un destino privilegiado por más de una razón: buena comida y vinos, clima suave, playas, parques naturales y el trato cercano con sus habitantes. La ciudad está a los pies del Monte Etna, uno de los principales volcanes activos de Europa. Además, muy cerca, se encuentran otros puntos de interés: Taormina, Siracusa y el Parque Nacional del Monte Etna.
El centro histórico de Catania concentra tradición, animada vida callejera, comercios, arquitectura de diferentes las épocas, mercados y buenos locales para disfrutar de las delicias culinarias (desde las más sencillas hasta restaurantes de mantel largo). En la confluencia de las dos calles principales de la ciudad se encuentra Quattro Canti, un hotel boutique con cuatro suites que ofrecen un servicio personalizado en el que se cuida cada detalle.
Este alojamiento no sólo está estratégicamente ubicado para ir caminando a los puntos emblemáticos de la ciudad, sino que Luca (ex Mister Italia) y el personal del establecimiento nos ayudaron a descubrir muchos de los sitios que no salen en las guías turísticas. Quattro Canti está en un antiguo “Palazzo”, pero las habitaciones están completamente remodeladas utilizando materiales de la zona (como piedra volcánica), con mobiliario de diseño, la mejor tecnología (TV satelital, conexión a Internet, aroma y cromo terapia en la ducha, etc.) y, además, amenities de Salvatore Ferragamo. Para comenzar el día, te traen el desayuno a la habitación con croissant y productos típicos de la zona, así que no hay mejor manera de iniciar la visita a la ciudad.
A escasos 200m de Quattro Canti, caminando por la vía Etnea, está la plaza del Duomo y la catedral de Santa Ágata (patrona de la ciudad), donde se ubicaba la “Platea magna” de la época romana, pero uno de los puntos que no puede perderse ningún Foodista, es el Mercado del pescado “La Pescheria” (en una de las esquinas de Plaza del Duomo), un lugar vivo donde se huele, se prueba y se toca. Se trata de un mercado al aire libre en el que encontrarás pescado fresco, algunas frutas y verduras, quesos, encurtidos y salazones. Colores y aromas, anuncios a viva voz de los productos, mucha gente caminando y conversando, son la postal de este mercado con una gran variedad tesoros gastronómicos que luego puedes comer en bares y restaurantes de los alrededores.
Un dato importante a tener en cuenta es que sólo está abierto hasta las 12h. Para hidratarte durante la visita puedes parar a tomar un café en alguno de los pintorescos kioscos (estructuras pequeñas de metal, de planta cuadrangular u octogonal) en los que sirven bebidas y algún snack. Te recomendamos probar el Seltz, una bebida carbónica, en su versión clásica con limón natural y sal (por menos de 1 €), aunque también hay otras variedades hechas con siropes.
En Sicilia hay productos de excelencia mundial como el delicado pistacho de Bronte; el chocolate de Modica (referido por el escritor Leonardo Sciascia); vinos como el Marsala (de la ciudad del mismo nombre), el Moscato di Noto, el Nero d’Avola entre otros. Entre las principales especialidades culinarias está la pasta a la norma (con tomates, berenjenas y albahaca), los arancini, cannoli (rellenos con ricota), la frutta Martorana (mazapanes que son verdaderas esculturas en miniatura) y las granitas. La carne de caballo es una de las carnes que más se consumen, junto con los pescados y mariscos. Sus platos usan muchos ingredientes frescos, con una fuerte base vegetal y con toques cítricos, de semillas de sésamo y especias de arraigo árabe (como la canela).
Para una comida informal, debes explorar las Tavola Calda. Básicamente se trata un mostrador en el que se ofrecen platos hechos, para llevar o para comer de pie en el mismo local. Una especie de “fastgood”, elaborado con ingredientes frescos, casero y recetas tradicionales. A unos 300 metros de Quattro Canti (por vía Etnea, en dirección contraria al mercado), puedes disfrutar de la Tavola Calda de la pastelería Spinella. Aquí hemos probado unos los mejores Arancini de Sicilia (una bola de arroz rellena, rebozada y frita). Los arancini “alla Norma” son una delicia que nos hizo ir más de una vez a degustarlos. También los tienen en una extraña versión hecha al horno con espinacas y masa en lugar de arroz.
Tan sólo a unos paso de Spinella está la pastelería Savia, abierta desde 1879, donde ofrecen Tavola Calda y una buena selección de los dulces cataneses. Frutas y aceitunas de mazapán, los emblemáticos cannoli y la cassata, o tartaletas de chocolate, fresas silvestres y crema de ricota, son algunas de las opciones (con tradición árabe), para degustar con un buen café.
Para comer las especialidades locales fuimos a cenar a Ciciulena (también a escasos metros de Quattro Canti). Preparan cocina típica siciliana sobre recetas ancestrales y con los ingredientes de la zona. Aquí hasta el pan y los grisines son de producción casera, hechos con harinas de granos antiguos cultivados en Siracusa, a los que le agregan semillas de hinojo, hierbas y especias. El espacio es acogedor con un impresionante jardín vertical con 2000 plantas de cultivo hidropónico.
La carta, corta, está estrictamente ligada a la estacionalidad y pone en valor el territorio. Por ejemplo los pescados vienen frescos del mercado La Pescheria y nosotrxs decidimos probar los platos del día, pasta con erizos (puro mar en el plato) y un plato de carne de caballo con verduras silvestres. Además de comer muy bien, Ciciulena es un excelente lugar para descubrir los vinos de Sicilia. Tienen más de 700 referencias y, muchas de ellas, servidas por copas. Toti, su dueño es un amante de los vinos y nos mostró su bodega personal, que es una maravilla. Cuando visites este restaurante (precio medio 30€), lo más recomendable es dejarse aconsejar por Toti y su equipo.
Referencias de Interés:
Quattro Canti: Via Antonino Di Sangiuliano, 293 Catania
Ciciulena: Via Antonino Di Sangiuliano, 207
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