Fonda España, el modernismo al plato
Publicado el 26.06.2015
El Hotel España es un edificio histórico del Barrio Chino de Barcelona situado a pocos metros del teatro Liceu. La construcción es una joya del modernismo catalán, inaugurada en 1859 y, años más tarde remodelada por el arquitecto Doménech i Montaner. Allí se aloja la Fonda España, un restaurante que hoy está al cuidado del gran Martín Berasategui, director gastronómico.
Los Foodistas le teníamos echado el ojo a la Fonda España y, finalmente, nos decidimos a acercarnos a probar los platos y disfrutar del espacio increíble de ese hotel. Para resumir, podemos decir que no hay decisión más acertada que comer allí. El ambiente es sobrio e impecable. La sala es maravillosa y su decoración original modernista, no admite nada más ya que se basta a sí misma.
(Advertencia: los atesonados son increíblemente bellos, así que ten cuidado con las contracturas de cuello, ya que no les podrás sacar la vista de encima).
Pasando a lo gastronómico, hay que decir que todo está a la altura. Tomamos el menú de medio día (26€), compuesto de platos clásicos, y perfectamente elaborados, con toques de alta cocina. Comenzamos con unas olivas aliñadas, para ir abriendo boca. Los primeros fueron: una sopa de tomate de colgar con bogavante y helado de albahaca; trintxat de la Cerdanya (un plato típico catalán a base de patatas, col y panceta) con huevo a baja temperatura, setas y un fondo claro de carne. Los dos platos: impecables. La sopa fue una verdadera delicia y el contraste con el helado de albahaca, sublime. El Trintxat, sigue el dictamen de la receta tradicional, pero los toques ‘extra’, lo llevan a un nivel superior. Cada plato respeta las recetas tradicionales y, al mismo tiempo, sigue el espíritu de las fondas, lo que nos habla de un menú pensado en todos sus detalles y escrupuloso con los conceptos básicos.
Luego llegamos a los segundos platos: magret de pato con Parmentier de patatas y Humus; y tronco de merluza con almejas. El primer plato presentado casi como una paleta de pintor, muestra el dominio de las formulaciones tradicionales francesas. El pato tenía un ligero sabor ahumado y la combinación de Humus y Parmentier (mezcla culturas), fue muy acertada. El pescado: perfecto, en su punto de jugosidad, con perejil y un jugo que nos hizo meter la cuchara para no dejar ni una gota. Aunque, en este último plato encontramos unos pequeños detalles que podrían mejorarse. El pescado tenía demasiadas espinas y las almejas eran menos que escasas (sólo 2). En general las raciones no son muy abundantes, sin embargo no te quedas con hambre.
Los postres no escaparon a la línea general: tradicionales, estupendamente preparados y presentados. Pedimos un brownie con helado y salsa de chocolate, y un vasito de capuccino y chocolate. El menú incluye una botella de agua y copa de vino o cerveza. Tomamos el vino del menú, y era más que decente (un blanco seco). La panera es otra de las delicias de la mesa, un pan con buena miga y costra, del que no podrás dejar ni las migas. El café, decidimos tomarlo en la terraza del hotel, para recorrer un poco más el edificio y tumbarnos un
rato a seguir disfrutando y rememorando todo lo que comimos. El servicio de sala también merece un comentario positivo, atentxs, correctxs y algunos platos se terminaban de servir en la mesa, y lxs camarerxs supieron hacerlo con la sutileza necesaria.
Toda la carta está marcada por los productos de temporada, así que ya estamos pensando en ir a darnos un nuevo homenaje y probar los platos estivales. Xavier Sender es el jefe de cocina (con experiencia en los fogones de Berasategui), y Albert Antin el de sala. Además del menú de medio día (disponible de lunes a viernes), hay un menú de fin de semana (35,50€) y menú degustación (65€).
Dirección: Carrer de Sant Pau, 9-11 (Barcelona)
Teléfono de reservas: 931 768 914
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